Quedan pocos minutos para que se consume la incontestable victoria del Sevilla ante la Roma y en la grada baja del Schauinsland-Reisen-Arena de Duisburgo, extrañamente ruidosa durante todo el partido, se ha comenzado a tararear uno de los himnos oficiosos del equipo de Nervión durante estos años de gloria: «Vamos mi Sevilla, vamos campeón…». El periodista italiano, con cara de sorprendido, se acerca a preguntar a su homólogo español: «¿Perdone, han dejado entrar a tifosi sevillistas al estadio?». El español sonríe y señala a los presuntos ‘hinchas’: «No, mire hacia allí: son los suplentes». «Pues a los de la Roma no se les ha escuchado absolutamente nada…», se resigna el informador transalpino mientras regresa a su escritorio.
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