“Yo estaba en el stage y a las once de la noche me llamaron para decirme que tenía que ir a casa el día siguiente ya que me habían vendido, pero no querían decirme el equipo. A la mañana siguiente me encontré en una habitación a Moggi, Giraudo y Bettega que me comunicaban la noticia, me dijeron que entrara en la habitación de al lado, donde estaban mis compradores. Las formas eran dictatoriales, pero de todas formas fui y ese movimiento fue mi suerte”, reconoce.