«En mi barrio se vive mucha droga, mucho tráfico y mucho robo… No sé qué hubiera sido, pero gracias a Dios nunca me metí en esas cosas, siempre estuve con mis padres… Si me metía en algo, mis padres me cagaban a palos», comentó hace unos meses el futbolista, padre de mellizos a los 17 años y de una niña, más tarde, fruto de otro matrimonio.