La capacidad de reinventarse del Sevilla se enfrenta a la estabilidad del Barça desde la presentación en 2003 de Messi. Los azulgrana aspiran a prolongar una etapa dorada, presidida por la conquista de cuatro Copas de Europa, que fue interrumpida precisamente por el Sevilla, campeón de la Supercopa en Montecarlo después de acabar con el reinado de Ronaldinho en 2006, con un rotundo 3-0.