El análisis de Míchel no pudo ser más duro hacia los jugadores en la sala de prensa. El madrileño llegó enfadado y no se contuvo, aunque en su primera respuesta ya avisó de todo lo que guardaba dentro. «Nuestra primera parte ha sido… no tiene calificativos, no me atrevo a calificarla porque no sea que alguien se enfade. Lo que digas en la rueda prensa, puede tener consecuencia en los jugadores», indicó, pero lo resumió todo analizando la jugada en la que un balón mal despejado por Spahic pudo ser el 1-0 a los 13 segundos.