Ha llegado la hora de reconocer a Monchi todo su trabajo y las plusvalías que lleva generando para el club durante tres lustros. En las próximas dos semanas se quiere dejar finiquitado el tema. No obstante, las posturas no están tan cercanas como pudiera parecer. El salario de Monchi dista una barbaridad de otros directores deportivos de equipos de primer nivel. Él no quiere ser una rémora para las cuentas del club, pero tiene ojos y oídos y sabe lo que en otras entidades estarían dispuestos a pagarle. Se ha ganado su fama a pulso. El Consejo trata de alcanzar un acuerdo de dónde establecer ese límite salarial en su nuevo contrato, que expiraría en 2020 una vez lo haya firmado.