Cada aparición pública del director deportivo del Sevilla está marcada por una palabra cuando le mencionan los inciertos escenarios que se avecinan, tanto en la vuelta de la competición, como en el mercado de fichajes. Esta palabra es la prudencia. Monchi, que conoce las finanzas sevillistas al dedillo, como director general deportivo que es, sabe que en situaciones de crisis gigantesca, como la que ya se hace notar en los hogares españoles, dar pasos en falso está prohibido. El infortunio se ha cebado en medio de un agresivo plan de reestructuración de la plantilla, iniciado hace casi un año y que se verá frenado de forma abrupta. Y con la cuenta sin pagar. Por eso, el mercado venidero será el de verlas venir o, mejor dicho, el de reaccionar según las ventas que se vayan produciendo. Y los grandes activos futbolísticos sevillistas son evidentes: Ocampos y Diego Carlos.