Con el centrocampista sevillano, Monchi mataría varios pájaros de un tiro: encontraría un jugador que puede ocupar varias posiciones en el centro del campo, que conoce la casa, la quiere, está adaptado a Sevilla, deseando volver y que podrá inscribir en Europa como canterano, ampliando unas opciones que todos los años quedan algo cortas. Y metería sevillismo en un vestuario en el que a veces hace mucha falta.