«Le debo a mi familia, a mis amigos y también a mí mismo. Necesito devolverles ese tiempo. Incluyéndome a mí. Es por eso que no estaré aquí por mucho tiempo. Todos los demás están en segundo lugar. Conozco a mi esposa desde los 15 años. Mis hijos, de 27 y 21 años, se criaron en estas circunstancias. Le doy tanta prioridad al club que sacrifico mi bienestar. Pero me considero un privilegiado. Seis horas de sueño son suficientes para mí. Me levanto temprano, para hacer ejercicio, pero durante este tiempo también estoy trabajando, ya que mi teléfono y mi ordenador están encendidos. La desconexión no tiene sentido en mi puesto. Esto durará mientras me sienta feliz. No he marcado una fecha en el calendario».