«Es difícil elegir una sola victoria. A todo el sevillismo nos marcó el triunfo ante el Schalke 04, esa supuso un antes y un después, no puedo eludirla. Pero yo me quedo con una de las más recientes, la final de Colonia contra el Inter. Supuso mucho. Habíamos sufrido mucho y tiene muchos condicionantes. Tuvimos que hacer cosas que hasta entonces no habíamos hecho. Fue la más profunda e intensa, aunque no la más celebrada».
«El otro día celebré desde mi sitio el gol de Acuña corriendo como lo hacen Marcelino o Fernando Vázquez cuando marcan sus equipos. Sigo celebrando los goles como si me fuera la vida en ello. Disfruto poco luego de las victorias, siempre hay un reto posterior. Las noches de los títulos son diferentes, aunque me entretengo poco. Soy explosivo en las celebraciones pero me enfrío rápido. A veces te arrepientes de no haber disfrutado más, te come el día a día y es una pena. Quizás debería haberlo hecho, aunque no nos ha ido mal del todo siendo así», apuntó Monchi.