A Muriel se le ofreció ir cedido al Sporting de Portugal, interesado en el jugador y que ya había llegado a un acuerdo con el Sevilla, pero el futbolista exigía que su contrato, 2,3 millones anuales, se respetase en su integridad. El club luso no podía cubrir toda su ficha y el Sevilla no estaba dispuesto a poner más dinero, así que al final Muriel se quedó.