El Sevilla percibirá prácticamente unos 20 millones de euros por una operación que puede considerarse altamente jugosa para sus intereses financieros. Es verdad que de esos 20 millones tendrá que pagar dos a la Sampdoria, su club de procedencia, en concepto de porcentaje de venta a un tercero firmado en su momento, pero teniendo en cuenta el coste de la operación que llevó a cabo la dirección deportiva que encabezaba Óscar Arias y el rendimiento ofrecido por el jugador, puede decirse que la entidad compensa el fichaje y el gran riesgo asumido teniendo en cuenta que se han cumplido ya dos años de amortización. Con ello, el Sevilla puede decirse que aprende una lección importante en el aspecto financiero. Confió en su participación en la Liga de Campeones para apostar muy fuerte por un jugador por el que ahora el mercado le da una segunda oportunidad.