Martes 2 de julio de 2013. El sevillismo decía ‘hasta pronto’ a Jesús Navas, una figura indiscutible del Sevilla de los títulos y un campeón de Europa y del Mundo con España como sevillista. Fue en la Ciudad Deportiva, la que fue su segunda casa durante tantos años, rodeado de las ocho copas que conquistó (seis con su club de siempre y dos con la selección), antes de comenzar una nueva etapa en el Manchester City. Pero el círculo no se había cerrado. Todavía.