stá claro que el balance es el que hizo el técnico soriano en caliente: los locales ganaron un punto y los visitantes perdieron dos. Aun así, hay que ver el vaso más medio lleno que medio vacío. Porque, más allá de que el Sevilla no inquietó al Barcelona con el liderato en solitario, se vieron algunos aspectos positivos. Principalmente, fueron dos. El primero, la solidez defensiva de los de Nervión, quienes sólo se equivocaron en la última jugada del encuentro. Y el segundo, el papel de Promes. El club hizo un desembolso muy importante por él este verano, algo que el holandés no había «recompensado» con buenas actuaciones. Pero en Mestalla, y fuera de su posición -volvió a actuar de carrilero por la derecha-, cuajó su mejor encuentro como sevillista. Se le escaparon dos puntos a un Sevilla que, si bien se tuvo que olvidar del liderato en solitario antes del partido del Barcelona, sigue estando en una magnífica situación en la tabla.