Dentro de la jauría de líos en la que se ha convertido el Sevilla en los últimos años, alternando meses de gran alternativa al trono con meses de equipo desquiciado y sin alma, hay un perro que ha ladrado más fuerte que los demás. Gary Medel.
El seguidor sevillista lo sabe, y, en especial durante la temporada pasada, esto se ha hecho evidente pues su nombre fue coreado en varias ocasiones.