El Sevilla se ha empeñado en complicarse la vida merced a unas primeras partes infames que hacen inviable cualquier tipo de planteamiento o reacción posterior. Esta vez, el Valladolid, un equipo que está cuajando una brillante campaña en su regreso a Primera, fue el que le sacó los colores. A los 12 minutos ya ganaba 0-2, renta que exprimió hasta el final frente a un Sevilla que tiró de orgullo a más no poder, que recortó distancias gracias a un gol en propia meta de Manucho (49′) y que, pese a quedarse con diez hombres por justa expulsión de Gary Medel (minuto 63, tras ver su segunda tarjeta amarilla), terminó hincando la rodilla.