Los besamanos tienen sus normas de cortesía. Por eso José María del Nido Benavente saltó como un resorte cuando alguien se atrevió a mencionarle la palabra maldita.
-¿Qué opina usted de la corriente que considera que seguirá dirigiendo el club desde la cárcel?
-Oiga, es que yo no he entrado en la cárcel.
-¿Acaso guarda alguna esperanza aún de evitar la prisión?
-Por supuesto. Hay mecanismos que todavía tengo que activar. ¡Y no sería el primer indulto que concediera el Gobierno en este siglo!