Al regreso del futbolista de Inglaterra, donde estuvo el pasado domingo con permiso del club, Caparrós se reunió con él. Fue en la ciudad deportiva. Experimentado en estas lides, el técnico sabía qué teclas debía tocar. Además de hablar con Nzonzi cara a cara, Caparrós se rodeó de pesos pesados. El francés pidió perdón y mostró sus ganas de ayudar al equipo en los cuatro partidos que restan. Nzonzi se ejercita desde entonces como uno más.