En este sentido, el Ramón Sánchez-Pizjuán siempre ha estado considerado como uno de los campos más temibles a los que viajar. Rara es la ocasión en la que, a la hora de nombrar las canchas más difíciles de visitar, no salga a la palestra la palabra «Nervión». Sin embargo, a la vista de las siempre objetivas estadísticas, dicha fortaleza ha ido decreciendo en los últimos años. Algo que Míchel desea comenzar a cambiar esta temporada.