Antes de la final de la Copa del Rey ante el Getafe, aquella que provocó la conquista de Madrid con miles de sevillistas en el verano de 2007, apareció en el camino sevillista la Gimnástica Segoviana, equipo de la Tercera división que llegó a Nervión en los dieciseisavos con la ilusión como bandera. Y antes de que el Sevilla volviera a coronarse como el mejor equipo de la Copa del Rey en 2010 en un duelo apoteósico ante el Atlético se cruzó con el cuadro nervionense el Atlético Ciudad de Murcia, un club que desapareció meses después por numerosos problemas económicos. Siempre hubo un antes en la gran historia reciente del Sevilla. Como en las campañas 2015-16 y 2017-18, etapas en los que el Sevilla volvería a llegar a la final y en las que hubo de pasar primero por el Logroñés, mítico equipo venido a menos, y el Cartagena, respectivamente, para avanzar. No serán muchos los aficionados del Sevilla que recuerden estos duelos marcados por la superioridad de los suyos y por unos encuentros con obligaciones. Sólo valía ganar. Como hoy.