«O vienes, o Lyon», le dijo anoche el director general del Madrid, José Ángel Sánchez. El Sevilla ni se ha planteado la posibilidad de una cesión, dejando siempre la pelota en el tejado del jugador. De haberse negado a volver al conjunto merengue, se habría quedado en Francia y habría quedado abierta una vía a posibles negociaciones. No es el caso. Mariano hizo un regate -quizás obligado- y salió por la puerta que estaba cerrada. Al ultimátum del Madrid, hay que unir otros factores como el compromiso moral de Mariano hacia el equipo al que tantas veces ha mostrado cariño y en el que siempre ha querido triunfar; la llamada de Lopetegui prometiéndole protagonismo en un Madrid que esta temporada -sin Cristiano- se queda sólo con Benzema como nueve de referencia y con Borja Mayoral como único recambio; y quizás otras razones familiares e íntimas que sólo él conoce.