El fútbol fue, por una vez, una excusa. Y lo fue para premiar al para mucho mejor jugador de la historia del club de Nervión, Frederic Kanouté y conseguir los fondos necesarios para ayudar a conseguir el gran sueño del de Mali. Con 30.000 aficionados en las gradas y casi 600.000 euros recaudados para la ciudad de los niños (con los mensajes de móviles a UNICEF) los hinchas al deporte y a la vida sucumbieron ante un emocionado Kanouté y le demostraron que se quedará para siempre en sus corazones.