Solo era cuestión de tiempo que el matrimonio entre el Sr del Nido y
los Biris se viera abocado al fracaso. La condición social y
política de ambos contendientes son dos polos que se repelen, y aún
así, hasta ahora, se habían mantenido bajo unos niveles de
tolerancia aceptables. Digamos que desde la llegada del Sr Presidente
a la planta noble del club, hemos estado viviendo bajo un clima de
guerra fría y que desde los sucesos de Rota los misiles se han
desplegado.
Si yo tuviese que definir una guerra, diría que es el enfrentamiento
entre dos posiciones razonables que resuelven sus diferencias con una
sin razón.
Porque es verdad, y tiene razón la directiva del Sevilla FC al querer
expulsar a los violentos, a esos energúmenos que todavía no han
madurado que en los campos contrarios, te provocan, te insultan y te
humillan; pero hay que tener el talento necesario para saber aguantar
el tirón, porque a nadie le gusta que vengan a molestarte a tu propia
casa.
Y no han madurado aún que no se puede invadir los campos, liarla en
las calles, encender bengalitas, porque eso resta credibilidad a la
afición entera y además nos daña económicamente.
Y también tienen razón los Biris porque no se sienten queridos ni
arropados desde el club. Se les ningunea cuando son los que más
suenan, se les expropia cuando son los que más aportan y son la
primera línea y se les abandona. Ellos llevan cuarenta años
defendiendo nuestros colores, nos han enseñado a cantar a todo el
estadio, a vestirnos con nuestros símbolos cuando hay partido, a no
desfallecer cuando la cosa se pone fea y no quedarnos mudo en el
hormigón.
Y tienen razón cuando dicen que también cuesta dinero las malas
planificaciones y el desparpajo en comilonas, hoteles y coches
rocieros.
Los Biris nunca han dejado al Sevilla fc caminar solo, en cada pueblo
de mala muerte, en cada ciudad, en primera o en segunda, allí están
ellos siempre, fieles guardianes de nuestro escudo. Y eso lo saben muy bien los futbolistas, porque al finalizar muchos partidos, los
jugadores no se dirigen a dar gracias al palco si no al lugar donde
ellos se ubican.
Tachar de violentos a la grada norte del Sánchez Pizjuan es una
pasada. Después de tantos años es verdad que han existidos episodios
detestables pero ¿cuantos han sido?
Cuatro, cinco, diez en mil partidos detrás de esa portería, la
verdad no me parecen muchos.
Y claro como cada parte tiene su razón y no hay comunión, pues la
cosa acaba con la sin razón de una guerra. Guerra que se inicia con
los incidentes de Rota y que enciende mucho más el Sr del Nido al
generalizar sus insultos a todos los Biris, con la violencia verbal
que nos tiene acostumbrado y escondiéndose en un victimismo
tendencioso a sabiendas que están las cámaras y los micrófonos
delante.
No sabemos cómo acabará todo esto, pero yo tengo una cosa muy clara,
el Sevilla fc no es su presidente ni los Biris. El Sevilla es mucho
más que todo eso, es una afición centenaria que lo mismo manda a
callar a la grada norte que saca pañuelos al palco.
