Cuando el Sevilla FC tomó la determinación de sustituir a Monchi por Víctor Orta, pareció desde fuera la decisión más acertada, si la comparamos con las otras opciones, como Braulio Vázquez o Cobeño.
Su dominio del mercado inernacional y de las figuras emergentes, además de estar varias campañas en la Premier, le otorgaban un currículum, en principio, mejor que el de sus competidores.
Sin embargo, su estancia en Sevilla no está resultando nada positiva para el mánager madrileño, ya que salvo el fichaje de Dodi Lukebakio, no ha adquirido ningún refuerzo para el club que pueda generar plusvalías.
Especialmente sangrante es el asunto de la delantera, donde no ha sido capaz de firmar a ningún ariete que haya sido capaz de marcar un gol con la camiseta del Sevilla FC.
El penúltimo fue Kelechi Iheanacho, que vino libre allá por el mes de agosto del año pasado, y por algo sería.
Después de seis meses en los que no fue capaz de ponerse en forma y superado por chavales del filial como Mateo Mejía o García Pascual, puso rumbo a la segunda división inglesa de la mano del Middlesbrough, para ver si era capaz de recuperar antiguas sensaciones.
Tres partidos han tardado los del Boro para darse cuenta que no está al nivel, quedándose sin jugar el cuarto encuentro, único que ha ganado su equipo desde su fichaje.
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Desde tierras inglesas critican con dureza su adquisición, por lo que todo hace indicar qeu volverá en verano, donde habrá que buscarle nuevamente destino, en otra magnífica gestión de Víctor Orta y su aprendiz bético, Alberto Cordero.
