Mateu Lahoz al silbato y Martínez Munuera a los mandos. Todo dicho, ¿verdad? Pues así se escribe la historia, y hasta que el Sevilla no ponga pie en pared seguirá siendo perseguido y vapuleado de forma descarada. Cuando en tan solo 50 minutos un equipo arrastra hasta 5 amarillas, una roja y dos penaltis revisados al milímetro desde el monitor… amigos, el tufo se huele a leguas. Más apesta aun cuando el mismo colegiado hace la vista gorda en jugadas calcadas cuando se trata de otros clubes. ¿Realmente alguien pretende que la gente se chupe el dedo?