En sólo unos meses, Pablo Machín se ha metido al sevillismo en el bolsillo. Su trabajo, su discurso y, sobre todo, sus resultados lo han convertido ya en el líder absoluto del proyecto futbolístico del Sevilla de la presente temporada de cara al entorno. Tiene el crédito inmaculado y su popularidad ha subido como la espuma gracias en parte a su humildad, su naturalidad, su forma de encarar los contratiempos y su coherencia tanto futbolística como a la hora de elegir los mensajes. Nadie duda ya que este Sevilla es el Sevilla de Machín, quien hasta para pedir refuerzos es elegante después de lidiar en el primer tramo de temporada con una plantilla con muchas lagunas y muy mermada encima por las lesiones a la que le ha sacado un rendimiento inmejorable.