Las ruedas de prensa de Míchel se dilatan. Fue figura en el Madrid, ha colaborado en importantes medios y sabe manejar los tiempos ante los periodistas. Había mucha tela que cortar y la cortó. Lo primero, su opinión sobre la sanción de dos partidos: «Insisto, no insulté al árbitro, no fui yo, no le dije sinvergüenza, creo. Me dirigí levantando los brazos y diciéndole que había sido mano. A lo mejor me pueden sancionar por eso y lo acepto. Repito que los entrenadores no tenemos defensa y que hay que ayudar a los árbitros. Pero palabra de árbitro… alabado sea el señor».