Pero hay que ganar. Hacerlo le pondría pie y medio en la Liga de Campeones dado que la distancia con el conjunto castellonense sería de seis puntos cuando apenas quedarían doce por disputarse (con el Getafe, uno más, siete). El objetivo está a tiro, si bien nadie espera en el Sevilla un encuentro fácil ante un rival, el Eibar, que llega con deberes por hacer. El cuadro de Mendilibar perdió hace unos días, frente al Osasuna, la oportunidad de despegarse de la zona de descenso, y ahora le llegan las prisas en el Sánchez-Pizjuán. Cuestión de necesidades. Esto va por barrios en la liga más extraña y con objetivos dispares. De la Champions a la permanencia. Los jugadores del Sevilla están preparados física y mentalmente para afrontar lo que viene con el tiempo que han tenido para descansar y preparar el duelo ante los vascos. Lo más previsible es que el entrenador alinee a sus mejores hombres, caso de Ocampos, Fernando y Munir, entre otros.