Marcos Llorente, mediocentro madrileño que ha cuajado una gran temporada en el Alavés de Pellegrino (alternativa a Berizzo como sustituto de Sampaoli en el Sevilla), es un jugador anotado con letras de oro en la agenda de Óscar Arias, pero su contratación, además de muy difícil, por la competencia, se antoja en cualquier caso tardía, porque la intención del Real Madrid, el equipo propietario de su ficha, por orden expresa de Zidane, es dejarle en la primera plantilla blanca el año que viene para ser el sustituto de Casemiro.
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