Lo cierto es que Mateu Lahoz, árbitro del partido, ha dejado algún detalle que no ha gustado a la afición del Sevilla. En la primera parte no pitó un posible penalti por manos de Oliveira. Sin embargo, hubo otra acción polémica en el tramo final del partido. Con el añadido, el partido tenía que irse al 95. La última jugada fue la ocasión que Kike García mandó al palo y su encontronazo con Vaclik. Ahí el tiempo ya estaba sobrepasado (95’07»), pero Mateu decidió que se lanzara el saque de banda después del despeje de Jordán.