Con el cambio al nuevo San Mamés, el Athletic Club de Bilbao ha ganado en muchas cosas con la comodidad de un estadio flamante, envidia de Europa, que mejora con creces a la antigua Catedral. Sin embargo, el clima vizcaíno sigue siendo una losa para el terreno de juego y tanto en el club rojiblanco como en el Sevilla FC preocupa su estado de cara al partido de ida de los cuartos de final de la Europa League.