Mucho se había hablado semanas atrás sobre la falta de pegada del Sevilla, lo que le costaba llegar al marco rival y, sobre todo, hacer goles. Bien, hoy en Éibar el equipo de Lopetegui pareció la Holanda de los 70 en la primera mitad, de la que se marchó con un 0-2 que bien pudo ser mayor gracias a los goles de Ocampos y Óliver Torres; y se transformó en un equipo amateur en la segunda, en la que tres errores garrafales de Koundé y Vaclik le permitieron al Eibar darle la vuelta al marcador y llevarse la victoria ante la cara de asombro y desolación de los sevillistas. Segunda derrota consecutiva en LaLiga, esta de las que duelen por las forma y por el fondo. El Sevilla, el día que presumía de puntería, se disparó en el pie.
