Seguramente si al aficionado sevillista le preguntaran cuál es el jugador que considera más valioso e importante para el equipo, dirían Dodi Lukebakio.
Es un futbolista diferencial, de esos que son capaces de generar goles, sin necesitar a ningún compañero. Rápido como una bala, potente, con un disparo espectacular, buen regate…características que cualquier club del mundo quisiera en sus extremos.
García Pimienta lo mimó desde el minuto número uno, porque ya lo había visto, ya lo conocía desde que era muy joven y jugaba en la cantela del Anderlecht. Él sabía de lo que era capaz y lo está exprimiendo hasta sacar su máximo rendimiento.
Es por eso, que en conversaciones con la dirección deportiva, tras trasmitirle el club que es una de las posibles ventas que se haga en el mercado de invierno, él ha pedido expresamente, que no se le dé salida.
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El club le ha comentado que la situación económica es difícil y que si llega una oferta que consideran que está fuera de mercado (20-25 millones), va a ser aceptada.
El mister no lo entendería y generaría cierto enfado, ya que además considera que ya hay una falta de extremos alarmante.
