En el Santiago Bernabéu volvió a florecer un problema latente desde el inicio de la temporada y más o menos patentes en muchos partidos: la insuficiencia de los laterales para un sistema que los desgasta por su proyección ofensiva.
En el otro flanco, Reguilón quedó retratado en los dos goles. Ni cerró a Casemiro cuando Jovic, por sorpresa, cierto es, lo habilitó de tacón ni tapó el centro de Lucas Vázquez que posibilitó el cabezazo franco del propio Casemiro ante Koundé. Fue la constatación, en un gran escenario, de que el futbolista cedido por el Madrid tiene un importante déficit defensivo. Paralelamente, Jesús Navas no tiene un recambio natural en la derecha, salvo Koundé, claro. Y a sus 34 años cumplidos es lógico pensar que en la segunda vuelta, y con la llegada de las eliminatorias duras de Copa y Europa, no podrá jugarlo todo y la fatiga y las lesiones musculares, como en años precedentes, lo privarán de la deseable continuidad. Porque además el palaciego no se esconde en ningún partido, sea en el Bernabéu o ante el Escobedo. Monchi tiene hueco para firmar a algún futbolista más en enero. Escudero parece amortizado, Jesús Navas envejece y Reguilón es un cedido.