Quincy Promes tuvo la mayor reivindicación como sevillista en Mestalla. El holandés llegó al Sevilla como extremo izquierdo, para jugar en un sistema de tres atacantes, a pierna cambiada. Pablo Machín lo situó luego como delantero por pura necesidad, cuando se lesionaron casi al mismo tiempo Andre Silva y Ben Yedder, aprovechando que Promes había actuado alguna vez ahí. Pero no fue hasta Mendizorroza cuando se aventuró a situar al atacante en el carril diestro, por las bajas de Jesús Navas y Aleix Vidal y ante la evidencia de que Mercado no le daba las prestaciones ofensivas que quiere para ese puesto. La solución de adaptar al carril al extremo holandés ensalza de nuevo los reflejos para inventar de Pablo Machín.