Siendo adolescente el Sevilla vio en Pukki un proyecto de buen jugador. En plena expansión tras instalarse entre los mejores equipos de Europa, Víctor Orta fichaba un finlandés para la cantera. Un delantero rápido y oportunista que ayudó a conquistar la Copa del Rey con el División de Honor, en un equipo en el que también jugaban Cala, Bernardo, Rodri o Salva Rivas. Ya en el primer filial, compartió vestuario con Perotti o Armenteros. «Éramos todos muy jóvenes, pero se ha visto que había buenos jugadores porque muchos juegan en Primera y en buenos equipos. Hacíamos mucha vida juntos, sobre todo los de fuera. Sigo manteniendo el contacto con algunos, sobre todo con Perotti y Bernardo».