Tras conocer las distintas cláusulas del contrato que firmó Quique Sánchez Flores, queda claro que la confianza en el técnico era limitada por parte del Sevilla.
Sólo quedar por encima del décimo puesto le garantiza una renovación automática, que además podría no ser suficiente, ya que pagando el club una pequeña parte de su contrato, le podrían rescindir para esa siguiente temporada.
Por lo tanto, su continuidad está en manos de un Víctor Orta, que no estaba muy convencido el pasado mes de diciembre cuando se le firmó, aunque tuvo que «tragar» por la metedura de pata de la elección de Diego Alonso.
Al Director Deportivo le convence otro perfil de entrenador, que además le de salida a su fichajes, algo que no está sucediendo por ejemplo con Hannibal, su gran apuesta de este mercado invernal.
Por ello, son varios los nombres que suenan para futuribles en el banquillo sevillista, como es el caso de Philippe Montanier, ex entrenador del Toulouse, que es del gusto del mánager madrileño.