Sin rumbo ni fórmula, un equipo que no avanza, establecido en una indefinición exasperante, un limbo futbolístico… pero ojalá fuese tan simple como cambiar, de nuevo, al entrenador.
Sin rumbo ni fórmula, un equipo que no avanza, establecido en una indefinición exasperante, un limbo futbolístico… pero ojalá fuese tan simple como cambiar, de nuevo, al entrenador.