“Mi hermano y yo estábamos sentados, charlando, cuando alguien de otro club europeo importante llamó a mi hermano por teléfono. Dijeron que se habían enterado de que estábamos en Sevilla, y querían mandar un avión a recogernos para que yo fichara con ellos en vez de con el Sevilla. Entonces, mi hermano me preguntó, ‘¿qué quieres hacer?’ y yo le dije, ‘Pues, le he prometido al presidente del Sevilla que me iría allá, y mi palabra vale más que mi firma’. Después yo señalé hacia la barra y le dije, ‘¿Ves a nuestra camarera? Yo voy a jugar aquí para el Sevilla, y me voy a casar con esta mujer’.
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