«Ahora mismo hablar de traspasos no procede», ha dicho estos días el director deportivo Monchi, en otro de los movimientos (éste obligado) de la lenta partida de ajedrez que el Sevilla jugará para fichar a Ivan Rakitic. La crisis del Covid-19 anuncia un mercado con muy pocos movimientos y todavía menos inversión. A Rakitic le quedará apenas un año de contrato en el Barcelona con una ficha importante. El reto del Sevilla es sacarle por el Camp Nou por la menor inversión posible, pues el futbolista tiene 32 años, y contentarle con un contrato que pueda ser el último de su carrera. Además, el croata encontrará en Nervión el mejor ambiente posible: una afición que mayoritariamente desea su regreso y un vestuario que le ve desde el comienzo como un refuerzo de lujo, hasta como probable capitán.