Agotado, así se encuentra el baluarte sevillista, Ivan Rakitic, que prácticamente no ha parado desde que comenzaran las competiciones oficiales a mediados del pasado mes de agosto. El capitán, intocable en los esquemas de Emery, no ha disfrutado prácticamente de descanso y tantos partidos comienzan a hacer estragos. Así, el domingo tuvo que regresa de la concentración de Croacia tras marcharse con dolencias musculares en el duelo frente a Bélgica y ayer los médicos del club nervionense le practicaron una serie de pruebas para determinar el alcance de su lesión.