Es la competición del Sevilla. O la de usted. O la de cada uno de sus familiares o amigos que rompieron los miedos y cumplieron más que sueños cuando en abril de 2006 el añorado Antonio Puerta abrió con su golazo al Schalke 04 la puerta de una esperanza e ilusión que tornó en una bendita locura. Hay aficionados, cuentan, que tienen serios problemas para recordar fechas de estima entre sus seres queridos, pero que recitan de memoria lo que aquí viene a continuación: 2006, 2007, 2014, 2015 y 2016. No tiene explicación. Sólo se siente. Europa e infinitas sensaciones para reír y llorar de alegría cuando medio mundo te felicitó por inventarte un escenario sólo para los más grandes.