El actual nexo del portero blanco con su antiguo club es algo tirante. Si bien es cierto que su relación con Negredo, Manu del Moral, Coke o Rakitic cuajó a las mil maravillas desde el primer momento (“Eran una pandilla muy amiga e inseparable dentro del vestuario”, describen personas del entorno sevillista), no podemos decir lo mismo de su vínculo con la afición, Míchel y Palop.