Se encuentra el Sevilla, en pleno mes de mayo, sin director deportivo. Si el año pasado, al menos desde esta columna, se advertía de la importancia de estar listos y no dejar que el tiempo se echase encima cuando se sabía desde enero que Monchi no iba a seguir, ahora me permitirán que insista, porque también se dejó caer hace casi dos meses, en que el tiempo es oro y se le acaba al Sevilla. Que Óscar Arias no iba a seguir no fue cosa del 24 de abril. Y si lo fue, fruto de un arrebato, empiecen a rezar porque la cosa sería más grave de lo que parece.
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