Muy probablemente a Bacca le queden seis o siete partidos con la camiseta del Sevilla. El club sabe que es el principal activo dentro de la plantilla para que vuelvan a entrar millones de euros en la cuenta corriente de la entidad, que lo necesita como el comer cada verano. Cada gol que meta el colombiano añade cientos de miles de euros al precio que algún equipo de la Premier, de Italia o el Atlético –si le dejan fichar y si consigue reunir la pasta…– tenga que pagar para ficharlo. Mientras, el que lo disfruta es un Sevilla establecido en la sana costumbre de ganar, ganar y ganar.