En medio de una tempestad en materia de lesiones, la recuperación de José Antonio Reyes se ha convertido en un haz de luz para Unai Emery. La baja del delantero utrerano ha coincidido con el momento más bajo del equipo sevillista en cuanto a resultados, enlazando cuatro derrotas consecutivas fuera de casa contabilizando el partido de ida de los cuartos de final de Copa del Rey ante el Espanyol (precisamente cuando cayó lesionado) y las tres salidas ligueras saldadas con los puntos perdidos ante Valencia, Real Madrid y Getafe.