Monchi lo definió futbolísticamente. Rusescu es tan parco en palabras como directo, al igual que le pasa con el balón. No lo manosea, sino que a la primera busca el gol: «Tiene buena movilidad, buen primer contacto de balón, remate con ambas piernas y puede jugar tanto de única referencia como por detrás del punta, ya sea con un compañero o solo. Buscamos un complemento más para la delantera que pueda aportarnos esa versatilidad», dijo Monchi, que esperó una fácil adaptación por carácter e idioma.