Ayer hubo un jugador que volvió a demostrar que está en racha. Se trata de Pablo Sarabia, quien sigue pidiendo a gritos con sus actuaciones sobre el césped una renovación que no termina de llegar. Unido a que fue de los mejores en la pasada temporada, está provocando que su renovación se convierta poco más que en cuestión de Estado. El sevillismo reclama una mejora de contrato que no termina de llegar y que tiene nerviosos a los aficionados, que temen que cualquier equipo vea el gran rendimiento del madrileño y pague los 18 millones de su cláusula de rescisión.