No es nuevo. Todo lo contrario. El problema del Sevilla cuando visita a un grande se agiganta cuando el grande es el Barcelona. En 75 visitas ligueras sólo ganó allí seis veces. Paradójicamente, un empate en Las Corts, en 1946, dio la única Liga que luce en las remozadísimas y bien repletas vitrinas de Nervión. Como en una especie de maldición secular por aquella osadía, ni siquiera cuando ha ido a defender el liderato –no era líder en la jornada octava desde la temporada 45-46– ha superado su endémico complejo. ¿Se achica el Sevilla en el Camp Nou o es un escalón imposible?