Se espera a una estrella

Con el equipo andaluz incluso con mejores sensaciones que hace un año, se afana en contratar a uno de esos genios que escasean en el fútbol militarizado de la actualidad y que tanto gustan en Nervión: Papu Gómez. Futbolista distinto a más no poder, a veces incomprendido, comprometido con su equipo pero enfrentado con su entrenador, que ahora no quiere ni verlo por Bérgamo. Esa doble cara del que desborda talento. De esos que arriesgan donde otros sólo se atreven a cerrar los ojos. Cómo me lleva este pensamiento hacia Éver Banega. Despreciado por donde pasó hasta que se vistió de blanco sevillista. Idolatrado como pocos. El Papu sería un instrumento diferente a esa orquesta compuesta por Monchi y dirigida por Lopetegui. «Baila como el Papu…».

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